Una réplica del antiguo tranvía de Medellín
sirve de atrezzo, de decoración, a una escena que se ve con bastante frecuencia
en este parque: el paso lento, cansado de una persona que ya ha visto mucho,
tal vez demasiado. Quizá se sorprenda de toda la publicidad con que se ha
rodeado la puesta en marcha del nuevo tranvía de Medellín. Tal vez jamás haya
visto un tranvía porque está recién llegada a la ciudad como tantos que apenas
empiezan a trasegar como seres anónimos por estas calles. O porque no, recuerde
sus años de niña viajando en el tranvía en una de sus pocas visitas al Centro.
Por otra parte hoy,
cuando esta mujer y muchos como ella, pasan sin ver el símbolo de lo que se
plantea como la nueva ciudad, muestra sin enterarse la simbiosis que se da
en todas las ciudades del mundo entre el pasado y el presente. Mezcla que no
siempre se hace con la sabiduría necesaria para que la ciudad sea un lugar a
escala humana y no una aglomeración de edificaciones sin una verdadera relación
con sus habitantes.