Las paralelas siempre han afirmado que nunca se unen, sin embargo algunos científicos se han atrevido a contradecir esa afirmación, tal vez por que la evidencia de la mirada nos lleva a constatar lo contrario: las paralelas no resisten la distancia sin tratar de unirse y convertirse en una sola o tal vez de cruzarse y seguir su camino alejándose más y más de su antigua compañera. En fin nadie sabe qué pasa en el infinito. Lo que si sabemos, porque lo indican nuestros ojos, es que en las fotografías la tendencia de las líneas a converger en un solo punto se hace mucho más evidente.
La realidad de Medellín va más allá de la imagen oficial. Queremos mostrar el rostro de una ciudad que parece cambiar cada día. Aunque la arquitectura permaneciera inalterada, la atmósfera, la naturaleza y la gente influirían en su aspecto de manera constante.
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